martes, 25 de junio de 2019

¡Adios!


    Cuando creemos saberlo todo es cuando mas equivocados estamos. Comencé a pensar que ese ¡Ahora si! que ella dijo fue refiriéndose al futuro el cual nos prometimos en las largas conversaciones nocturnas que tanto nos animaban, sin embargo fue el ¡Hasta aquí! que juramos nunca mencionar.
    Sin explicación puso las maletas en la puerta de la casa y cerró por dentro. La emoción que sentí todo el día se esfumó en ese instante, no supe reaccionar, le di un golpe al cofre del carro y me senté en la banqueta a pensar, baja un policía de su patrulla diciendo que se reportó disturbios, mi identificación no tenía aún la dirección de la casa de la que me corrían.
    Me subí a mi carro, por la ventana observé la silueta de ella, parecía verme, inerte, sin moverse, quieta. Parecía estar esperando que me fuera. Le marco, no contesta, siento su mirada, bajo del carro y me dirijo a la puerta, esperé que me corriera con un grito de enojo, no sucedió. saco las llaves de mi bolsillo y abro lento, muy lento, camino hasta la sala, aun no la puedo ver, la vitrina obstruye la visión de la cara, Avanzo más hasta tener campo libre a toda ella, macabro hallazgo enmarcado por la luz crema exterior. Inmóvil, colgada de una soga y un banco tirado a su lado. Quien se iba no era yo, fue ella.


lunes, 17 de junio de 2019

Oscura noche





     Noche oscura, se oye un balazo, Karina cae en medio de la calle, José, desde la esquina, guarda una pistola entre su ropa, aún humea por el cañón.
     La cara de Karina rebota violentamente con los ojos hacia abajo y contra un charco a la orilla de la calle, se moja su rostro. A su espalda lleva una mochila donde guarda los útiles de su escuela. Su mano derecha tiene un celular iluminado y en el reloj marca las 23:58 horas. La luz mercurial ilumina toda la acción.
     Karina voltea los ojos hacia arriba, la calle es muy oscura y no distingue más que una silueta de José que se ve a contraluz y se va caminando del lugar, se pierde entre la sombras.
     Karina distorsiona la realidad, el charco es negro. Se le meten gotas a la boca y se le combina con la sangre, la escupe muy lento. Su respiración se reduce. Apenas mueve un dedo con dificultad.
     La bruma invadió por completo la calle, sólo se ve lo que pasa al ras del piso, zapatos camina hacia ella, Una mujer se inclina ante Karina. Le da vuelta poniéndole la cara hacia el cielo.

Karina con dificultad al hablar y en tono bajo dice -Nunca había visto brillar tanto las estrellas.

Su corazón late cada vez más lento. A lo lejos se oye el canto de las sirenas. La bruma cada vez es más espesa y se le cierran los ojos, deja de latir su corazón. El celular marca las 00:00 y se apaga.

Prohibidos cuentos

martes, 11 de junio de 2019

Tumba necia



Invisible como el hubiera,
inexistente como el pudimos,
tan lejano como el quisimos,
e irreal como el viviríamos.

Nuestra vida apresurada llegó al otoño,
yo tan verano, tu tan primavera,
nuestro futuro se marchitó envenenado.

Se disipa la hermosa sonrisa de tu rostro
para darle paso a una angustiosa tiniebla,
enjambre de sentimientos tormentosos,
rasgando la pasión de esta terrible melodía.

Enmudeciendo las oraciones,
enclaustrando los sentimientos,
en un alma de hierro y
con el corazón muerto.

Adelantas tus pasos envolviéndote en el olvido,
desdeñando el enigma de la muerte,
dejando atrás el misterio que nos había unido.