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martes, 23 de julio de 2019

Inestable (Sinopsis)

  

 ...Y así el sol iluminó nuestros rostros, tu tan pálida y yo oscuro, iluminados al fin.
   Compartiendo las mismas dolencias y sufrimiento; calamidades provocadas por otras almas. Yo tan roto, tu tan descosida, nos arreglamos los dos.
    Bajo la migraña de una esperanza perdida, la que le da a quienes su corazón solo bombea, pero no late, llegaste sorpresiva trayendo entre tu vestidura bruma tersa y compañía sanadora.
   Al principio renuente yo, insistente tú; objetivo alcanzado al revelarse tu dolor. De ser amenaza fuiste confidente, grande y valiosa mujer. Secuestramos nuestros corazones, con agradable lucha nos los compartíamos cada noche auspiciados bajo el rol del "no me importa", pero extasiados ante nuestra acción picaresca y hecha sin malicia como un niño animado a su travesura; la nuestra, totalmente secreta.

    La esencia de cada quien se transformó, la tuya en rechazo, la mía en posesión; insatisfechos los dos por no empatar con la misma búsqueda. Los miedos escaparon donde se guardaban y regresaron para cortarnos la constancia y enfermar nuestra confusa relación de amigos, novios o amantes; al fin relación.

martes, 7 de junio de 2016

Demencia. Capítulo 2, Relato prohibido de una mente perturbada


Por Gilberto Cruzmanjarrez

Vanesa es la mamá de Michel, ella tiene 23 años y se acaba de graduar de la facultad de comunicación, recién la contrataron en un canal de televisión local. Ayuda en el noticiero nocturno con la sección de actividad paranormal. Va a un lugar que previamente han reportado en su programa como embrujado, investiga, graba y presenta un caso diferente cada semana.
Debido a que su sección es de reciente creación, necesita un camarógrafo de confianza, pensó en Carlos, un compañero de la facultad al cual no le asustan este tipo de cosas, él es pragmático y no cree en lo sobrenatural. Además cuenta con un equipo de primera calidad, el cual no se limita en usarlo.
Vanesa visita a Carlos en su casa y le explica la naturaleza de su sección, a Carlos no le agrada ni le desagrada, el piensa en el trabajo y la paga, está interesado por tenerlo así que acepta.
Una vez que fue contratado por la televisora, Carlos y Vanesa se disponen a efectuar su primera investigación juntos a una casa embrujada que se encuentra en la periferia de la ciudad, en una de las zonas marginadas de Mexicali, Baja California.
Las calles que tienen que transitar para llegar a la colonia están sin pavimentar, en medio de la avenida principal, separando los carriles de ida y regreso hay un canal que alguna vez fue de riego, ahora aloja aguas negras. La gente de ésta zona es pobre, sucia, en su mayoría andan descalzos, hombres, mujeres y niños. Los animales conviven con ellos dentro de las casas, todos sin asear.
Vanesa maneja su carro con precaución pues debido al estado de las calles no puede acelerar, en el camino se topa con animales muertos, casas abandonadas que están banalizadas. Mientras avanzan Vanesa recuerda a su hija y en especial esos días cuando la niña le entregaba un resumen de sus lecturas. Le llegó a la mente cuando le recitó un libro que trataba sobre el estudio del maltrato infantil en la ciudad y sus consecuencias.
En un eco que invade la mente escucha la voz de su hija:
-Se dice que en el mundo gran parte de la población que es pobre y no cuenta con un lugar estable para vivir, tiene niños a su cargo y el impacto que les provoca el dejar sus hogares les afecta gravemente a sus derechos fundamentales de educación, salud y protección. La pobreza infantil produce exclusión social y tendrá grandes consecuencias en el futuro –sigue escuchando el relato de Michel mientras maneja alrededor de un parque público-. Estos problemas ya se han presentado en algunos niños de esta ciudad y sufren situaciones de violencia derivada por los traumas de su carencia económica. “Esta violencia trae, en la mayoría de los casos, problemas de salud mental como: Ansiedad, depresión, abusos y demencia”.
La cámara es capaz de mandar imágenes pero audio no, tienen que poner atención. Se ven sombras delante de ella y cortinas moviéndose. La cámara sigue el movimiento. El cuadricóptero cae al suelo, la batería marca en su último nivel, la cámara sigue grabando pero no puede volar ya.
Vanesa y Carlos se miran las caras,  y ahora ¿quien  irá a reponer la pila? se preguntan. Cada uno da argumentos para que el otro vaya, pero es Carlos quien gana con el argumento de que Vanesa es la del reportaje y si alguien tiene que salir a cuadro es ella quien lo debe de hacer.
Le explica como hacer el cambio. Vanesa entra a la casa y llega hasta el drone, se asoma a la cámara se ve en el monitor de Carlos, voltea bruscamente la cara hacia el interior de una recámara, se lleva una mano al oído y lo golpea un par de veces para luego apuntar a la recámara, mueve la cámara hacia el camino que tomará y apunta a sus ojos con los dedos índice y anular, vuelve a apuntar hacia la recámara.
Los pies de Vanesa se alejan y se encuentran con otros de una niña, la sigue para adentro del cuarto. La pila marca un poco de carga  y la puede echar a volar solo un impulso para quedar en la puerta de la recámara observando los pies de ambas personas.
Se comienza a ver pequeños fantasmas en la pantalla y de manera sorpresiva una cara grotesca y fea aparece en la pantalla. Carlos  se asusta camina hacia atrás y tropieza con piedras que hay en la calle, se levanta, deja de parpadear y se jala los pelos de la cabeza, comienza a dar vueltas en circulo, se mete al carro, se sale de nuevo, no sabe qué hacer.
Se asoma al monitor y no se mira nada, todo es oscuro.
De la cajuela del carro, donde puso su maleta, saca una lámpara. Cuando voltea a la casa hay una niña, es Michel. Carlos no la conoce, ella es la hija de Vanesa. Camina hacia él y le dice que tiene que entrar por su compañera, se ha quedado desmayada a los pies de la cama.
Carlos a paso lento y con sus zapatos sucios y descuidados avanza por la alfombra de la casa. Es imposible evitar sudar y las gotas le escurren por la frente, sin detenerse pasa por la cocina, por la sala, el baño hasta llegar a una de las recamaras.
Sale de la recámara y camina por el pasillo hasta el fondo. Se seca el sudor, camina despacio. Entra a la próxima recámara y Vanesa está tirada en el suelo. Carlos la levanta, la golpea suavemente en la mejilla, Vanesa continúa con los ojos cerrados. Carlos la sube a la cama y Vanesa despierta y se incorpora. Sin pestañear ni parpadear, los ojos viendo a un punto fijo en la pared, Vanesa  comienza a contar una historia.
Vanesa sale de la casa y corre hasta Michel, se abrazan. Le pide perdón a su hija por dejarla tanto tiempo dentro de la casa y le promete no dejarla sola de nuevo.

lunes, 6 de junio de 2016

Demencia, Cap. 1: Michel, mi casa es tu casa


Por Gilberto Cruzmanjarrez

    Los monstruos que habitan en nuestro interior  son tormentos generados por eventos traumáticos de nuestra niñez. Cuando la persona infectada logra desahogarse, estos seres malignos no se van, se alojan en una parte muy escondida de la mente esperando una oportunidad para salir.

    Michel es una niña de 9 años, ella es una pequeña muy especial, diferente a sus compañeros de escuela. Mientras a ellos se les dificulta poner atención en clase y no respetan a sus padres, Michel tiene una absorción del conocimiento fuera de lo común. Debido a esto, su madre la pone a leer después de la escuela, comer y hacer su tarea. La lectura es un pasatiempo que adquirió con la señora que la cuida, aunque ella no lee, tiene muchos libros. Su marido es recolector de historias, lee  un libro y lo vuelve a escribir de manera diferente, le agrega hojas, lo imprime y lo vende en un local que tiene en el mercado sobre ruedas.

    Dentro de la casa de Michel, desde hace tiempo, todo se ha tornado gris en su entorno, los colores ya no son tan vívidos como antes, una delgada capa de polvo flota en el ambiente. La madre tiene varios días que no la lleva a la escuela, sin embargo la pone a trabajar en sus lecturas. Se despierta para desayunar, lee, duerme y se despierta de nuevo para repetir la misma dinámica una y otra vez.

    La niña lee por igual libros sobre cuentos, relatos y novelas, matemáticas y ciencias sociales pero los que más le gustan son los de terror. Escritos que hablen de monstruos, fantasmas y seres extraños. También tiene una predilección por libros teológicos y es por eso que no se asusta con facilidad.

    Todas las noches se despierta a las 3:15 de la mañana para ir al baño, escucha ruidos en la cocina, no les hace caso y sigue su caminar para hacer sus necesidades, regresa a la cama y duerme. A la mañana siguiente, cuando despierta, su madre ya está con el plato del desayudo en la mesa. Michel se sienta y no prueba bocado.

    Preocupada, la niña le pregunta a su madre por el motivo de que todos los días se levante en la madrugada a lavar los platos, voltean ambas mujeres al lavadero de la cocina y aún está repleto de trastes sucios. La madre siempre tiene la cara de enfado y esa pregunta le desespera más.

-Yo no he despertado desde que me acosté en la noche -responde la madre sin crear más polémica.

    La niña termina su desayuno y se recuesta de nuevo hasta despertarse a las 3:15 de la mañana siguiente, se levanta y va al baño, al pasar por la cocina vuelve a oír ruidos y se asoma. Observa la silueta de una persona que parece de mujer, no se distingue bien. De nuevo piensa que es su madre. Hace sus necesidades y se recuesta para terminar con su descanso.

    A la mañana siguiente la espera su madre en la mesa en la misma posición con el mismo plato y la misma ropa puesta, se asoma al fregadero y la misma vajilla sin lavar ocupa el espacio del lavabo. Trata de ocultar su asombro con palabras bonitas para con su madre, sin embargo a esta no se le quita el enfado. Reacciona de tal manera como si alguien manipulara su voluntad.

    Cada día tiene su receso, aunque Michel se encuentra perdida en un tiempo congelado, tiene la noción de lo que sucede mientras está despierta. En esos recesos la visitan niños, unos salen de las paredes y otros del techo. Son seis y cada uno tiene una peculiaridad que lo hace distinguirse al resto.

    Al primero le llaman Íra; Él siempre está enojado y le escurre espuma de la boca. Está pálido como la harina y con las uñas largas puede llegar a desgarrar la piel, aparte de ser recipiente de ese pecado mortal, es egoísta.

    El segundo sale del techo y le dicen Gula, este niño se mete a la boca todo lo que encuentra y lo devora, carece de dientes y en sus encías desgastadas se puede ver parte de los huesos de la mandíbula, cada que trata de morder algo lo raspa con estos huesos y lanza un alarido de dolor brotándole sangre de sus ojos.

    Otra de las pequeña criaturas le gusta mucho dormir, entre todos los niños se esfuerzan por mantenerlo despierto pues, cuando se encuentra en el sueño profundo, exterioriza sus pesadillas. Estas pesadillas no se manifiestan en monstruos que acechan si no, lo que aparece es un hoyo negro que traga todo lo que se interpone a su paso obligándolos a no existir.

    Otros tres niños se juntan con Michel para ser en total seis, necesitan una más para completar los siete pecados capitales. El más grande tiene un hoyo donde se supone tendría el corazón y, no obstante no tener ese músculo, le brota la sangre a borbotones. Si acercas los oídos puedes oír latir el corazón, sin embargo el corazón no se ve por ningún lado.

    Entre todos rodean a Michel y la tratan de atormentar para hacerla entrar a la locura. Tienen el poder de desfasar el audio con el movimiento de su boca, hacer ruidos de sufrimientos e imitar los sonidos tiernos y siniestros de palabras que dice su madre.

    Michel, refugiada en el mundo maravilloso de las letras, recuerda las fantásticas historias de alguno de los libros que ha leído y con esto logra un día más de cordura. Cuando más se recrudece el tormento de estos demonios disfrazados de niños, intempestivamente se detienen y desaparecen para que Michel vuelva a despertar por la mañana, su madre le sirva el desayuno y así por la eternidad.

    De esta manera pasaron los días y nada cambió, el par de damas no han visto la luz del día, ni siquiera les visita nadie, no salen al mercado, el reloj siempre marca la misma hora y la alacena no se vacía. Michel sabe que algo no está bien, pero trata de llevar su vida como si nada extraño pasara tiene fe de que algún día se le revelará en qué situación se encuentra.

    Por lo pronto le da un beso a su madre y duerme. No sin antes hacer su oración. Una vez que ha llegado el sueño repasa las historias de los textos leídos y en un eco se escucha su propia voz a lo lejos, pero dentro de su mente relatando cada paso de los cuentos.

    Michel responde a una situación difícil meditando lo aprendido en los libros que lee, como una manera de escapar de la realidad siempre que ésta no le gusta.

Demencia Capítulo 2